No solo se trata de darse tiempo, sino de dejar fluir y no evitar las emociones. El enfado, la tristeza y el dolor son habituales, pero no debes entrar a valorar si es bueno o malo sentirse así ni cómo te deben estar viendo los demás. Lo que estas sintiendo pasará, pero debes vivirlo. Si te ayuda, puedes recurrir a fotografías u objetos personales que te conecten con la otra persona.
Habla con tu familia y tus amigos
Al principio te hará daño hablar de la persona que ha fallecido, pues son demasiados recuerdos y el dolor de su perdida esta reciente. Pero es probable que poco a poco quieras abrirte y desahogarte, y si lo haces el duelo resultara más llevadero. Hay personas que se sienten incomodas hablando de ciertos temas, así que habla con alguien que te escuche y te haga sentir bien. Explica que necesitas hablar de ello y agradece que trate de ayudarte ante un mal momento ante el que es completamente natural sentirse así.
Permítete disfrutar con lo que te hace sentir bien
Es posible que ahora te cueste visualizarte sonriendo por algo, y que haya momentos en los que disfrutaste que ahora te parece que forman parte de una vida pasada que no volverá. Esos momentos no van a volver, pero si vendrá otros y serán felices. No se trata de forzar, sino de abrir tus ojos y tu mente ante aquello que te hace sentir bien. ¿Es ver un paisaje? ¿Dar un paseo por el campo? ¿Un olor? ¿Degustar tu comida favorita? Encuentra esos pequeños detalles que te ofrecen un balón de oxígeno en medio del dolor.